Carta a un amigo
- Clau L.
- 14 may 2019
- 3 Min. de lectura
Querido Ghassan:
Nos conocimos casualmente después del 2014. La amistad fue inmediata; y durante el tiempo que fuimos amigos pude conocer ese lugar maravilloso llamado Gaza. Conocí otro tipo de gente. Personas extrañas que nunca dejaron de sorprenderme. No importa si recién habían sido bombardeados: ellos siempre tienen alegría en el rostro, palabras amables, y mucha Fe. Después de nuestras largas charlas vía Skype o Facebook yo terminaba pensando en todos ellos como uno solo: ¿Cómo puede haber gente tan fuerte? Es la madera del palestino. Los amé. Y a pesar de los kilómetros de distancia pude recorrer contigo tu camino contra el bloqueo. Fui tu testigo de tus luchas por la libertad. Uno no puede vivir dentro de una caja cerrada. Uno no debe vivir bajo amenaza de muerte constante. Uno no puede ser feliz con la sentencia de muerte proyectada frente a tus ojos durante 24 horas al día. Busqué contigo las formas de salir. Un hombre joven , una mujer, un niño , todos tienen derecho a ser libres. En ti y contigo yo buscaba la libertad para todos. ¡Cuántas cosas hicimos! Hablamos con gente, recorrimos caminos impensados, saltamos vallas y tu venciste los obstáculos. Después de algún tiempo me alegré al saber que lo habías logrado. Saliste de Gaza. La idea era llegar a Perú. Pero esa idea se desvanecía con cada nuevo obstáculo. Cruzar fronteras para un palestino es lo mas difícil que puede haber en la tierra. Y no son metáforas. Son penosas realidades que solo tus zapatos conocieron (y otros miles de palestinos que han logrado salir). Permisos negados, países que no los reciben, visados cortos, experiencias dolorosas. Todo! Todo! Todo y la soledad. Gente nueva, nuevos idiomas, nuevas costumbres, pero la separación de los que más amas es lo más doloroso. Yo como siempre lejos. Ya no tan amigos; pero por alguna razón extraña siempre algo me dice tu nombre cuando algo importante te acontece. Es como si un mensaje universal me fuese enviado. Esta vez la noticia es una de las más dolorosas que un ser humano pueda afrontar. Hace unos días ha fallecido tu padre y en cada palabra tuya trasciende el dolor. No es el mismo dolor de cualquiera que pierde un ser querido estando fuera de su patria. Es el dolor de un palestino que no puede regresar a despedirse de su padre. El mismo dolor que he visto en muchos palestinos que he conocido que no han podido dar el ultimo adiós a sus padres, sus madres, sus hermanos. Porque los palestinos NO PUEDEN REGRESAR. Yo sé lo que sientes querido Ghassan, y sé que las palabras no consuelan. Yo no espero ganar un concurso con esta carta para ti, solo quiero que sepas que estoy contigo como la amiga que estuvo contigo en momentos alegres y que por la distancia y el tiempo no estuvo nunca. Con estas palabras no pretendo darte consuelo. Todo contrario, aunque creas que es tonto, yo solo quiero agradecerte porque gracias a ti aprendí otro tipo de fortaleza. Tienes un corazón fuerte, y me llena de orgullo haberte conocido. Solo espero que el tiempo nos permita tener la amistad duradera y si en esta vida es posible, vuelvas a ver a tu familia amada. Como siempre, te deseo la felicidad en toda circunstancia. Vibra alto querido mio. Tu amiga por siempre, Claudia
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