El ajedrez es un juego de simulación creado para que los jugadores vean reflejadas sus victorias sobre un tablero. Es un juego (ahora deporte) que con estratégicas tácticas militares reproduce a escala una situación de conquista.
A pesar de los años que tiene este juego, mantiene hasta la fecha sus reglas. Dos contrincantes. Dos ejércitos. Dos parejas de reyes: Rey y Reina desde su respectiva posición dirigen a sus súbditos para ganar el territorio del enemigo.
Calculan, dirigen, ordenan y mandan al ataque. Todas estas acciones no pueden ser comandadas por cualquier ser humano. Ambos Rey y Reina han sido formados desde niños para este momento con espada en mano y quizás sin corazón que lata.
Nuestro ajedrez actual solo son piezas que nos recuerdan que alguna vez todos fuimos piezas de un gigantesco tablero real..... Fuimos¿O aún lo seguimos siendo?
La vida puede ser un gran tablero de ajedrez.
Hagamos un ejercicio.
Escoge una pieza: ¿Cuál pieza escoges ser?
¿Un peón destinado a morir por sus reyes? Fiel vasallo dispuesto a dar su vida por los objetivos de su amo.
¿Un fuerte caballo? Hermoso y poderoso, pero bajo el mando de un caballero. Fiel, leal e inteligente.... pero nunca libre.
¿Una Torre vigilante? Una muralla que contiene ataques. Una posición segura e invulnerable. Pero dependiendo de la buena estrategia de otros.
¿Un alfil audaz? De libre movimiento, observador y escurridizo.
¿Escoges ser el Rey o la Reina? El que debe llevar a todos a la victoria.... porque si fracasas tu propia cabeza rodaría sobre el tablero.
Ninguna pieza tiene la victoria segura sin el soporte de la pieza más pequeña. Parecen un equipo.
Ahora revisemos nuestro equipo en nuestro ajedrez real.
¿Quienes son nuestros peones o reyes? ¿Contamos con caballos, torres y alfiles? ¿Nuestros reyes son diligentes y capaces?
¿Nuestros peones son valientes?
¿Qué nos hace falta??
¿Basta conocer las estrategias?
Un buen Rey o Reina debe conocer a los reyes al otro lado del tablero. Si es posible acercarse lo suficiente para descubrir sus fortalezas y debilidades porque sólo así verán con claridad qué estrategias usarán.
Segundo ejercicio.
Te asigno el puesto de Rey o Reina. No tienes opción. Te toca liderar a tu ejército. No tienes derecho a sentir remordimiento por mandar a tus peones al ataque. Tu único objetivo es vencer. Tu rol es despiadado algunas veces, por eso debes esforzarte en ser bondadoso y piadoso con los sobrevivientes y con los reyes que sean conquistados.
Ahora eres Rey de tu reino y tu reina. Eres reina de tu rey y tu reino. Pero también reinas en el reino conquistado.
¿Cómo actúas frente a tus victorias?
Y si eres vencido ¿Cómo actúas frente a tus fracasos? ¿Cómo negociar con el triunfador?
Al final, felizmente el ajedrez es solo un juego que se puede reiniciar.
¿Y la vida? ¿Se puede reiniciar?
Siempre.
En el ajedrez, quien pierde gana.
Ganas experiencia y conocimientos.
Ganas cercanía con el reino vencedor.
Ahora el perdedor conoce a los reyes vencedores.
En la vida es igual. Si hoy una situación te vence quédate tranquilo observando lo que te rodea. Aprende y reinicia el juego las veces que sea necesario. Algún día triunfaras.
La victoria es para los persistentes.
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