La fotografía es esencialmente luz e imagen. Desde la física cuántica de Max Planck se puede entender que La luz es una suerte de paquetes de energía que interactúa con el material al que impacta, rebotando en cuerpos opacos o ser absorbida y convertida en calor en objetos mate.
Cuando nos tomamos una fotografía, el dispositivo lanza un Flash, ese fuerte destello luminoso que nos hace cerrar los ojos. ¿Es solo aquella la luz necesaria para la fotografía? ¿Qué hay de nuestra propia luz? El biólogo japonés Hitoshi Okamura planteó la teoría que el cuerpo humano emite fotones individuales variados por el metabolismo (Biofotones)
De hecho, el cuerpo humano emite biofotones , también conocidos como emisiones de fotones ultradelgados (UPE), con una visibilidad 1.000 veces menor que la sensibilidad de nuestro ojo desnudo. Aunque no somos visibles para nosotros, estas partículas de luz (u ondas, dependiendo de cómo las esté midiendo) son parte del espectro electromagnético visible (380-780 nm) y son detectables a través de una instrumentación moderna sofisticada.(1)
Básicamente, la fotografía es el resultado del impacto de ambas emisiones de luz. Lo que queda grabado en el registro fotográfico es nuestra energía misma. Antes debía ser impresa en un papel para poder verla, ahora lo podemos ver desde cualquier dispositivo digital.
Entonces estamos frente a un misterio, la fotografía de nuestros antepasados tienen la huella de ellos mismos, su propia luz grabada en un breve instante de su vida.
Ahora que sabemos esto aprovechemos estos tiempos en que la fotografía está al alcance de todos y tomemos fotos de nuestros seres queridos para que su luz brille por siempre.
(1)Herbert Schwabl, Herbert Klima. Emisión espontánea de fotones ultradelgados de sistemas biológicos y campo de luz endógeno
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