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Palacio Torre Tagle

  • Foto del escritor: Clau L.
    Clau L.
  • 24 nov
  • 5 Min. de lectura

Lima, La Ciudad de los Reyes, conocida así porque fue la capital del Virreinato o reino del Perú fundada un 18 de enero de 1535, en las fiestas de los Santos Reyes. Y como buena ciudad de reyes en ella se construyeron muchos palacios de importante magnificencia. La mayoría de ellos hoy están muy deteriorados y abandonados. Los que están en mejor estado de conservación son aquellos que fueron adquiridos por los diferentes gobiernos con la intención de poner en valor su historia y arquitectura, lo que ha dado paso a que muchos de ellos sean hoy por hoy Patrimonio Cultural de la Humanidad establecido así por la Unesco.

Este es el Escudo que se coloca en aquellas propiedades que son Patrimonio Cultural de la Humanidad
Este es el Escudo que se coloca en aquellas propiedades que son Patrimonio Cultural de la Humanidad

Uno de estos palacios es el de Torre Tagle, usado como las oficinas de la Cancillería del Perú desde 1918 y abierto sus puertas desde el año pasado para visitas guiadas. La verdad, yo recién me enteré ayer.

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Realmente un privilegio pasear por la casa del marqués de Torre Tagle y sus descendientes. Yo no sabia la historia real de este palacio hasta ayer que me enteré que el primer propietario obtuvo la propiedad en 1735 y que José Torre Tagle y Portocarrero fue el cuarto marqués y tuvo que abandonar el palacio en 1825 por temor a un fusilamiento, muriendo de escorbuto junto con su esposa e hijo en el Real Felipe. Ahora entiendo que la Cancillería del Perú mantiene el nombre del palacio en honor a su primer e ilustre dueño y no al que la historia no termina de juzgar como aliado o traidor a la causa patriótica.


¿Cómo así este palacio pasó a ser la Cancillería?


Luego de la Independencia muchas de las propiedades de españoles y criollos fieles a la monarquía española fueron incautadas por las nuevas autoridades y los objetos al interior de estas propiedades fueron saqueados, siendo su recuperación una tarea difícil para los posteriores gobiernos de la nueva republica peruana. En 1826, las propiedades de las instituciones religiosas corrieron la misma suerte. Hospitales, conventos, colegios, iglesias de propiedad de todas las congragaciones religiosas que se construyeron durante el virreinato pasaron a propiedad del estado peruano. Uno de los casos más infelices podría ser la expropiación del antiguo colegio San Idelfonso de la orden de San Agustín, levantado en 1611. Según las nuevas políticas dictadas en ese tiempo, las órdenes religiosas solo podían poseer una propiedad, quedado los agustinos con su iglesia que aun existe en Jirón Ica. En la actualidad, lo que fue el Grandioso Colegio San Idelfonso, se reduce a callejones y centros comerciales que no respetan el pasado cultural de lo que un día fue.

En 1834 se crea la Sociedad de Beneficencia de Lima con la finalidad de dar mejor uso a todas las propiedades incautadas por el estado peruano con fines de salud, convirtiéndolos en centros de salud, o manteniéndolos como en sus orígenes, como es el caso del Hospital San Bartolomé en Barrios Altos. Más adelante, 1889 se da una reforma de la Beneficencia de Lima para priorizar la ayuda a personas en situación de calle brindándoles acceso a vivienda, luego de una evaluación que determinaría si podían o no pagar el costo por alquiler del espacio. Muchas familias, de esta manera, se vieron beneficiadas ocupando antiguos solares de la Lima Virreinal a un bajo costo (muchas veces sin pagar un centavo por décadas); pero esa es otra historia.

Las propiedades que no pasaron a la Beneficencia y que estaban en mejor estado de conservación, como es el caso del Palacio Torre Tagle pasaron a ser administradas por el estado para uso gubernamental, siendo así que en 1918 se establece como sede de la cancillería.

El perfecto estado de conservación del palacio de Torre Tagle se debe a que sus propietarios estuvieron siempre a la vanguardia en cuanto a materiales de construcción y en una de sus ultimas remodelaciones usaron el innovador uso del ladrillo, lo que permitió que no sucumbiera ante los famosos terremotos limeños.

Lamentablemente no todas las antiguas casonas de Lima han podido ser recuperadas. Actualmente la Municipalidad de Lima cuenta con un Plan Maestro para esta tarea, para la recuperación y puesta en valor de algunas de estos monumentos. Aquí es importante recordar que El Centro Histórico de Lima ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco desde 1991, como les conté al inicio. Por lo tanto, los dueños o inquilinos de cualquier propiedad en el Centro Histórico no pueden hacer remodelaciones sin la aprobación de ProLima y del Patronato de Lima que son las autoridades que velan por mantener el valor histórico y cultural de cada monumento en la ciudad de los reyes.


A lo largo de los siglos, las casonas coloniales han ido pasando dueño en dueño, quedando en el abandono muchas de ellas y otras volviéndose tiendas comerciales o almacenes que han deteriorado su verdadero valor patrimonial. Condenar al olvido este pasado valioso es imperdonable. Ojalá que los esfuerzos actuales por la recuperación de Lima de antaño no queden truncos, por todos aquellos que lucharon por rescatarla como el querido y recordado Luis Repetto quien trabajó infatigablemente por la recuperación del patrimonio histórico y museos de Lima; y el arqueólogo Héctor Walde quien nos dejó sin ver terminada su obra en el Hospital San Andrés.


¿Qué podemos hacer nosotros?


La Municipalidad de Lima, el Patronato de Lima y Pro Lima ponen a disposición de los ciudadanos de Lima y turistas en general una serie de actividades culturales gratuitas que incluyen ingreso a museos. Vayan con sus familiares; visiten los museos. Nuestras visitas hacen que valgan la pena tantos esfuerzos que no solo es el trabajo de arqueólogos e investigadores. La Municipalidad de Lima tiene un arduo trabajo de recuperación que va desde adquirir las propiedades comprándolas a sus actuales dueños, hasta pasar por procesos legales en favor del buen uso de estas; como es el caso de la cuadra 2 del Jr. Andahuaylas, donde uno de los propietarios ha hecho unas remodelaciones para uso comercial ignorando que se trata de un Monumento Histórico. Hay que recalcar que muchos de los dueños actuales fueron beneficiados por un programa de adjudicación de la Beneficencia de Lima que daba facilidades a los posesionarios para adquirir sus títulos de propiedad; es decir, de presentarse como personas de bajos recursos económicos, pasaron a ser dueños de negocios en el Centro Histórico de Lima. Creo que lo menos que pueden hacer es Respetar los lineamientos para conservar el titulo de Patrimonio Cultural de la Humanidad. La realidad, y es lo peor, es que estas personas ni siquiera están interesadas en saber que hubo antes de que ellos vivieran ahí.


Por si les interesa saber de otros monumentos históricos en Lima, aquí hay una lista interactiva muy bonita publicada por el diario El Comercio.


Recuerden que para amar hay que conocer. Lima es una ciudad malquerida. Muchos se han hecho ricos en esta ciudad pero les cuesta quererla. Tal vez si la conocieran mejor, la querrían más.





1 comentario


analiberati
24 nov

Excelente relato.

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