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Hambre de guerra

  • Foto del escritor: Clau L.
    Clau L.
  • 9 jul
  • 2 Min. de lectura

A raíz de una noticia sobre el estado de coma al que han llevado unos padres veganos a su bebé, se pone en la mesa el tema de la importancia de los alimentos. Me parece curioso que hace poco en Youtube ví una película exactamente de ese tema; debe ser que es algo común en estos tiempos sobretodo en países del primer mundo dónde el Veganismo es una tendencia.

La pregunta que me hago es si los veganos tienen realmente una Consciencia de la alimentación cuidando el ecosistema o solo son personas que desprecian el orden natural y han llevado su conducta alimenticia a un desorden mental.

Alguna vez leí que los seres vivos necesitan proteína animal para su desarrollo normal.

En mi familia existe una preocupación nata sobre la alimentación que creo es una herencia inconsciente.

Recuerdo un diálogo con mi padre acerca de un reclamo mío porque no variaba nuestro menú. Mi padre, fruncido y enojado me resondró por hablar así.

"En Italia mi padre no tenía qué comer. Un día comían el plátano y el otro día la cáscara"

Nunca olvidé esas palabras. Tal vez por eso, en mi economía, la prioridad siempre son los alimentos.

Cuando mis abuelos vinieron de Italia, nos explicaba mi padre, lo hacían huyendo de la guerra y el hambre. Italia había sumido a su pueblo en una pobreza extrema. Los niños no solo no tenían qué comer, también eran llamados a combatir en una guerra que no les pertenecía. Los padres, con esa ansiedad abrumadora por el presente y futuro, se arriesgaban a dejarlo todo para ir a América. Debieron ser Miles de miles de italianos. Argentina es la pequeña Italia y en Perú la colonia italiana es la más grande.

En Netflix están dando una película acerca de eso más o menos. "El tren de los niños" trata en el fondo de ese hambre de que deja la guerra. De la miseria profunda, la angustia, la desesperación.

Sin hombres que lleven alimentos al hogar, ¿Qué les tocaba a las mujeres? ¿Trabajar? Si, pero ¿en qué? Muchas tuvieron que dejar a sus hijos ir a la guerra, zarpar en en barco a rumbos lejanos, entregarlos a desconocidos o verlos morir de hambre.

Mientras veía la película recordaba las palabras de mi padre y aprecié el valor de mis ancestros de abandonar Italia para llegar a una tierra lejana que les asegure paz y pan. No solo a ellos, también pensaron en sus generaciones futuras.

Antes yo me enojaba por su decisión, pero ahora lo entiendo, valoro y respeto. Fue su lucha por la supervivencia....y fue muy duro. No les tocó fácil.

En los almuerzos familiares típicos italianos hay mucha algarabía. Se tiende el mantel, se grita con alegría. "¡Sirve el vino!, ¡Pon el pan! ¡A mangiare!". Todo es risas y fiesta. Es un homenaje a comer, porque comer es una bendición. Una mesa llena es símbolo de Paz.

Gracias. Gracias a todos esos italianos que lucharon por su vida. Gracias a todos esos italianos que escaparon de la guerra y vinieron a América.

Gracias por heredarnos el valor de los alimentos.

¡Gracias Nonno!

Gracias por la paz y el pan.




 
 
 

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