top of page

Los olores de la vida

  • Foto del escritor: Clau L.
    Clau L.
  • 14 ago
  • 2 Min. de lectura

La vida tiene olores, colores y sabores que marcan momentos.

El olor del cine, de las cafeterías, de las pizzerías. Cada lugar tiene un olor. Incluso cuando una viaja a otro destino a penas pones un pie en ese lugar puedes sentir su olor.

Recuerdo mucho el olor cuando llegué a Iquitos, en la selva peruana; un olor a madera húmeda. Y luego paseando por calles y ríos, los olores a leña y comida callejera asada al carbón.

Otro lugar que dejó muy marcado su olor mi memoria fue el aeropuerto de Miami. El primer aroma que sentí al bajar el avión fue café con canela; pero era diferente, más intenso que cualquier otro café que haya olido antes; y esa combinación con canela era simplemente mágica. Una fragancia que me daba la bienvenida. Para mi sorpresa, ese mismo olor lo encontré en la cocina de mi hermana Ana en Nueva Jersey. Terminé por asociar el aroma de café y canela con Estados Unidos. Imborrables recuerdos.

Cuando vino mi hermana Paola con su esposo y mi sobrina, mi cuñado Nath quedó impresionado con el olor a mar mientras pasábamos por la Costa Verde; a pesar que ellos viven en una zona costera, sentían diferente el olor del mar que baña la costa de Lima. La única explicación que se ocurrió es por la cantidad de fitoplancton. ¿Alguien sabe por qué el mar peruano tiene un olor tan intenso? ¿Se han dado cuenta de eso también? Para mi cuñado, Lima huele a mar.

Ahora yo vivo más pendiente de los olores de los lugares. Lo que impregnan en nuestra memoria emocional, sus mensajes, su conexión con personas y recuerdos.

Tomar un café en la tranquilidad de mi hogar me evoca esos recuerdos de mis viajes y de esos olores inconfundibles, buscando combinaciones dulces que me trasporten a esos lugares en un viaje imaginario, pudiendo sentir incluso a aquellas personas que estuvieron compartiendo un café, un dulce, tan cerca como si estuvieran en ese mismo instante.


Taza de Cuzco, regalo del viaje de Pao, Nath y Brenda
Taza de Cuzco, regalo del viaje de Pao, Nath y Brenda

Los olores deben traerte buenos recuerdos, deben darte paz, porque tienen ese poder de emanar energía curativa. Ya he hablado en este blog del poder de la albahaca, incluso su solo aroma relaja. (Debería usarse en aroma terapia de hecho)


Hice una salsa Pesto sin queso fresco. Hojas de albahaca, aceite de oliva, un diente de ajo y pecanas. Queso parmesano para potenciar el sabor.
Hice una salsa Pesto sin queso fresco. Hojas de albahaca, aceite de oliva, un diente de ajo y pecanas. Queso parmesano para potenciar el sabor.

No solo los lugares pueden dejar sus aromas en nuestra memoria, también las personas. ¿Recuerdas a que olía el abrazo de tus abuelos? ¿Recuerdas el olor al barro cuando jugabas de niño con tus amigos del barrio? ¿El olor de los globos de agua en los carnavales? ¿El salón de clases, el laboratorio? ¿El olor de tu casa de niño?

Ojalá que esos olores te traigan buenos y felices recuerdos.


 
 
 

Comentarios


© Tres Gotas Tertulia Familiar . Creado con Wix.com

bottom of page