EL LIBRO EGIPCIO DE LOS MUERTOS
(RESUMEN DEL LIBRO DEL AUTOR ALBERT CHAMPDOR)
La muerte no era un fin, sino un comienzo.
Escritos sobre papiros, El Libro Egipcio de los muertos, o mejor dicho LA SALIDA DEL ALMA HACIA LA LUZ DEL DIA era un conjunto de 190 declaraciones, letanias o conjuros que acompañaban al difunto en su transición al más allá. Hermosamente detallados con imágenes y colores siendo los más exquisitos los que pertenecían a personas de clase alta. Los más pobres solo podían conformarse con algunas oraciones o incluso podían carecer de este libro, pero aun así, los familiares de los difuntos los enterraban cerca de aquellos que si habían procurado uno, para poder acceder a la otra vida, aquella vida que era esperada por todos, gozando de todos los privilegios que el alma podría gozar.
Los egipcios hablaban del Ka.
Desde el nacimiento todos poseemos uno. Es el Alma, el Doble Cósmico, el gemelo cuántico dirían ahora. El Ka estaba presente en todo el transcurso de la vida, aunque casi imperceptible, solo para manifestarse claramente en el momento de la muerte ante los dioses que justificaran al alma, ahí donde el difunto recibe Su Nombre, no el que le dieron sus padres al nacer, si no el nombre para la otra vida.
Los egipcios tenían el conocimiento del cosmos y su relación con el alma humana. Sabían que el sol salía del vientre de Nut cada mañana y volvía a entrar en su boca cada noche.
Y así como Nut, tenían dioses que daban explicación a todo cuanto sucedía en la tierra y allá donde los muertos fueran después de esta vida.
PATH, creador de todo cuanto existe. Antes de el no existía el ser ni el no ser. Mas allá no existía ni espacio ni firmamento. No existía la muerte ni la no muerte. Lo UNO respiraba sin soplo, mudo de si mismo. Encerrado en el vacío lo UNO accedió al ser, tomó nacimiento por el poder del calor. Path creó los dioses de Egipto. Es el corazón y la lengua.
ANUBIS es el que juzga las almas. Protector de los muertos y de sus almas. El abre las puertas de abajo y lleva al difunto hasta Osiris. La luz de Anubis es fulgurante y favorable a las lamas que fueron justificadas. Significa para los muertos la luz que les permite Salir al dia, es la entrada al otro mundo, o la salida al mundo de las animas.
OSIRIS es la actividad vital universal que desciende al mundo de los muertos para prometerles la regeneracion y finalmente la resurrección en la gloria osiriaca, porque todo muerto justificado es un germen de vida en las profundidades del cosmos. Ante Osiris, el Ka -el doble esotérico, el alma pájaro- se desvanece en el esplendor de los campos de la luz y será resucitado.
SETH es el príncipe del mal. Personifica la agitación de las tinieblas. Es el enemigo de Horus, quien le arrebató los testículos. El conflicto Horus Seth es el eterno combate entre el bien y el mal.
HORUS Uno de los mas grandes dioses de Egipto. El cabeza de halcón. El que abre los cuerpos, cuyo símbolo es el disco solar con alas de gavilan. El Horus que se enfrentó a Seth en terrible combate castrandolo, pero en cuya lucha perdiera un ojo. Es el Horus que acosa, mutila y persigue el mal, venerado por los muertos porque les ha abierto el ojo. Los muertos podrán ver por él y dirigir sus pasos en la eternidad.
AMENT es la diosa que porta la cruz ansada. Se le ve en la tumba del faraón Ramses IV apuntando la cruz entre sus ojos. La cruz es el símbolo de millones de años de vida futura. Su circulo es la imagen perfecta de aquello que no tiene principio ni fin. Representa el alma que es eterna.
Como vemos los antiguos egipcios estaban fascinados por el misterio del más allá. Sabían que después de la muerte participarían en los ritmos y en las radiaciones cósmicas, que el fenómeno de la muerte física no era mas que uno de los aspectos de la transformacion de la consciencia, lo desconocido y lo invisible que nos habita. Un estado mas perfecto que cada uno experimenta en el instante de su Nuevo Nacimiento en la tumba.
La muerte no era el fin, sino el comienzo.
La eternidad es inmutable. Todo lo que contiene la Eternidad, todo cuanto ha sido, es y será lo es por vibración y todo es DOBLE en todo.
La muerte es un estado de crisis durante el cual lo que ya era eterno en él antes de ser concebido, su KA, deja el cuerpo material. El tiempo modifica y destruye la apariencia física del hombre pero no altera su alma. El tiempo no envejece. El valor de una fracción de tiempo, que los egipcios llamaban “Vibración” puede calcularse en segundos o en millones de años. Para los antiguos egipcios la muerte no tenia nada de horroroso; anunciaba el verdadero nacimiento, aquel que lo llevaría a la vida eterna y lo purificaría de sus pasiones e inmundicias que hubiese en su corazón. El Ka es el símbolo de los eterno que todo ser recibe antes de su nacimiento. Nuestro ser invisible existe. Es aquel cuya esencia es incorruptible e inmortal.
Pero para llegar hasta esta otra vida el alma del difunto debía cruzar las 12 regiones del DUAT. Las letanias que acompañan al difunto son suplicas que ruegan para que se abran las puertas del mas alla que se recitan desde el momento que se atraviesan los siete peldaños de la luz. Desde ese momento el muerto es llamado con su nombre de eternidad para comparecer ante los 42 jueces que representan los 42 pecados regulares de los hombres. El alma conoce su impureza desde su nacimiento y durante su breve existencia. En este camino será quizás justificado y podría abrazar a Ra. La luz de Seth lo llevará por las tiniebas para luego pasar por la luz de la creación. Luego de la apertura de ojo, la luz de Anubis recibe al difunto. Aquí es donde, ante Thot y Anubis se hace la confesión negativa con el corazón en un plato de la balanza. En el otro plato está la Pluma de Maat, que es la pluma de la verdad. Aquí es donde el difunto se justifica y pasa por la luz de los rayos del sol y la luz de Ra. “Oh corazón que mi madre me dio (…) sé como yo delante de la balanza de los jueces”. El justificado deja de ser muerto y se va al norte del cielo donde hay abundancia de comida para toda la eternidad. Sekhem es la ciudad celeste.
“Gloria a los justos porque los justos brillaran como luminarias en el paraíso”
Los egipcios preparaban a sus difuntos para que puedan pasar exitosamente estas pruebas. Los difuntos eran purificados con agua en nombre de los dioses, se les pasaba el incienso y eran cubiertos con la Cufiyeh. El ritual de embalsamiento podía durar hasta 10 meses, el cuerpo era sumergido en una salmuera de sal y betún por 70 dias y luego era depilado y desvicerado. Solo el corazón se dejaba en el cuerpo: “Tu verdadero corazón esta contigo”
“Llevo tu corazón a tu vientre, del mismo modo que Horus llevó su corazón a su madre e igualmente Isis llevó el suyo a su hijo”
(Osiris da origen a su hijo Horus en el interior de un escarabajo símbolo y matriz de la resurrección. Isis y Nephtys sostienen el escarabajo. Asi nacerá el alma de cada muerto)
El cuerpo permanecerá en la tierra mientras que el alma ira al cielo fundiéndose con el Alma Divina Universal.
Los muertos momificados, debían ir a su viaje con 104 amuletos, envueltos totalmente en vendas de lino que simbolizan la red del fluido vital que rodea al cosmos
Pero no todos los muertos gozaban de estos tratos. Los mas pobres debían ser sumergidos en grandes pozos con la salmuera junto con otros cuerpos por solo 30 días, se les envolvía con piel de buey y un pequeño papiro con unas cuantas letanías. Luego eran sepultados en alguna parte del desierto, incluso doblados para ocupar menos espacio.
Debieron haber muchos que osaron vulnerar las tumbas de los mas ricos. Seria por esa razón que la tumba del Faraon Tutankamon tenia la inscripción que decía: “La muerte tocara con sus alas a aquel que perturbe en su eternidad al faraón que reposa en este lugar”. De hecho, luego del hallazgo de la expedición de Howard Carter de 1923 murieron casi todos sus miembros en extrañas circunstancias.
El alma furiosa de Amon de Nubia gime y maldice a los violadores de las tumbas de los faraones que son como dioses.
Rosa de Venus
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